Hojas de hierba seca
Seco es el
otoño. La pinocha cruje a comienzos de noviembre en la Sierra de la Nieves. Las acículas se parten
al paso de las ruedas de mi bicicleta. Todo espera el agua. Los chaparrones
caídos no han valido. Hay polvo en la pista a Los Sauces y en el puerto de La Mujer , desde donde se divisa
un pico Torrecilla sin nieve, seco también. Y los lejanos y altos prados amarillos.
Pajizos llevan desde junio, con julio, agosto, septiembre y octubre. Bajo hacia
el río Turón, y su cauce es un chinarral. Y todo el paisaje es bello, es una
lección de resistencia en estas permeables calizas.
De El Burgo a
Lucena hay 116
kilómetros , y ahora en Lucena, en La Camila , todo seco. Escucho
Coetus, en La Tarataña ,
una reinterpretación magistral, orgánica y misteriosa de una canción del norte
de León y sur de Asturias: ‘Son de arriba’. Con la hierba seca, seca la primera
hierbecilla que apuntó con los chaparrones de hace ya días. La tierra cuarteada
en noviembre, como heridas abiertas. Y sonando en mi cabeza una percusión de
pedernal, de coros lobunos y castañuelas estridentes. Algo mágico y primitivo,
un crómlech emergiendo de la tierra, un corro de brujas. Y la voz atávica de
Eliseo Parra.
Corre el lobo
salido de una caracola o de una cuerna, y corremos nosotros, avivados por
panderos de vibrantes pellejos y cascabeles, en este mes de ánimas. Pandero
cuadrado, pandero con porra y tambor de cuerda http://www.youtube.com/watch?v=X-HUtqHxOSM . Y la poca
hierba que ha salido en La
Camila la ha roído un conejo.
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