El tiempo de la montaña

Macizo del Cotiella, desde el collado de Santa Isabel. 13 de agosto 2019.

La vida sin tiempo (cuando la vida es tiempo) nos impide profundizar en el ser de cada uno. La montaña tiene la propiedad de poder sacar de nuestro interior las razones de la existencia, de rescatarnos de nuevo a la vida. La montaña lo hace posible a fuerza de silencio, de soledad, en definitiva otorgándonos tiempo.
Perdidos entre bosques de pino negro.

¿Y cuáles son esas razones de la existencia? Cada uno debe utilizar sus ideas para obtenerlas. Sus ideas profundas. La montaña y sus grandes paisajes ayudan a sentir la vida, y esa puede ser una gran idea para estar aquí. Existo para comprobar que existe el mundo. Y busco las laderas herbosas o abajo en los bosques o en un riachuelo tranquilo y solo, o en buena compañía (mi hijo) para disfrutar de nuevo que existo y que soy yo el que conecta abiertamente con todo lo demás. Estas alturas me ayudan a percibir la voluntad de vivir propia y de lo que me rodea.
Colirrojo real

Todo un macizo montañoso, que por esta parte no conocía. Con toda su belleza de roca calcárea y su misterio. Para caminarlo y descubrirlo. Para conocer cómo el agua orada en sus profundidades, complicadas venas que se abren en el fondo de los barrancos donde derramar torrentes de agua helada, como en los fornos del Irués. Allá abajo.

Punto Suelza y Fulsa al atardecer.
Estamos en un empinado bosque de pino negro. Atrás quedaron los vaqueros y pastores y también quedó abajo el camino que deberíamos haber tomado, el que atravesaba el pedregal desolado, el que iba al Movisón Grande y de ahí, en una ardua caminata al Cotiella. Pero estamos más arriba del desvío y pienso en el pequeño mochuelo boreal, como un habitante exquisito de soledades y fríos, de suelo mullido de pinaza, de viejos troncos tumbados, de otros tiempos anclados en unos pocos pedazos del Pirineo. El bosquete perdido se estrecha hasta llegar a los paredones infranqueables de esta parte de la montaña. Imposible seguir. Miguel se pierde por uno de los flancos pedregosos y cada vez más peligroso. Busca una senda, porque de vez en cuando hemos visto hitos de piedras. Pero no vemos salida.

Agotarse y desistir y buscar refugio más abajo, donde los prados apacibles para dormir. 13 y 14 de agosto de 2018.
Descansando y preparados para la noche, 13 de agosto 2018.

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