El gesto primario
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Campos de Lucena el 10 de mayo. |
Ha sido el gesto, el
valor primario. Salir. Caminar por unas horas, es lo que llaman
volver a la normalidad. Así ha sido la verdadera vuelta a nuestra
esencia. Porque metidos en casa, protegidos de la intemperie y de la
epidemia, hemos podido comprar alimentos, tener agua y otras muchas
cosas. Pero ha sido volver a caminar la verdadera sensación de que
volvemos a estar vivos. Puede que no poseamos la libertad y
reconozcamos nuestra alineación, pero volvemos a existir si volvemos
caminar.
Ese ha sido el gesto. En
mi caso se ha repetido varias tardes, hasta que después de la lluvia
el caminar me ha llevado a la visión del paisaje. Varios días
caminando para por fin ver. Entonces el pequeño ritual del paseo se
ha llenado de magia y de vida. Un campo a las afueras del pueblo,
bellamente iluminado de esa luz rasante de la tarde, que destaca las
nubes cargadas de agua. El paisaje deslumbrante pero cotidiano me ha
devuelto a mi pequeña vida, a la existencia de mi cuerpo y de mis
piernas y del espacio. En pocos días un movimiento corriente ha
derivado en algo extraordinario.
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Campos de Lucena en la tarde del 10 de mayo. |
Llueve, pero no tanto como para preocuparse. Practico el gesto de salir, y la lluvia me gusta, aporta tranquilidad a lo que te rodea. Estoy a 5 kilómetros de casa, hoy he salido con la bici. Pero llueve para no preocuparse. Estos días de mayo tan bellos, cubiertos de infladas nubes grises son una caricia para el ánimo. No llevábamos un mayo así desde hace años. En días así, miro el pronóstico del tiempo antes que preparar el café o poner las noticias grises de la pandemia, de un gris que ni por asomo se asemejan a estos magníficos tonos de los cúmulos que dejan caer esta lluvia. A resguardo del viento me he metido en unas retamas.
Un día como hoy, un 13
de mayo de finales del XVIII o principios del XIX, Dorothy Wordsworth
escribió en sus diario de Grasmere y Alfoxden que fue un jueves
lluvioso y frio y Coleridge no pudo hacer el pequeño viaje que
esperaba. Tomaron té. Dejo que las gotas emborronen el texto y me
preparo para volver.
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