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Hermoso arce de montpellier en la ladera oeste de La Martina. |
Subí para buscar el
centro. Un día por caminos de cabras que mantienen rayadas las
laderas oeste de La Martina. Otro día por una pista amplia hacia el
Puerto del Cerezo. Sorteando punzantes arbustos, que son protectores
del bosque, en ambos lugares de estas bellas sierras subbéticas, la
sierra sur de Jaén y la subbética cordobesa. Los jóvenes arces de
montpellier (Acer monspessulanum) solo se atreven a crecer entre las
ramas de los majuelos o espinos albares o entre los rosales
silvestres. En esta época del año, estos pequeños arbolillos se
distinguen perfectamente por sus enrojecidas hojas.
Hasta el pico de La
Martina (1.552 m.) llegan los ecos de la berrea de unos ciervos que
no acierto a ubicar en la lejanía. En el Puerto Cerezo, las torcaces
juegan con el vértigo de los barrancos, zumban como proyectiles en
los picados que hacen muy cerca de donde estoy, pasan rozando crestas
y árboles. Tomo una cerveza en esta que es mi patria, subí para
buscar el centro del mes de octubre, que hoy son los pocos arces
encarnados.
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Vértice geodésico de La Martina a 1.552 metros. |
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Crocus serotinus en el Puerto del Cerezo. |
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Puerto del Cerezo este mes de octubre. |
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