Hacia la Cruz de Pagoeta
![]() |
Ovejas pastando en el Parque Natural de Pagoeta, Guipuzcoa. |
De la apacible
subida veraniega al monte Pagoeta surgen ahora, tres meses después, profundas
visiones que, en definitiva, son tan gozosas como aquella caminata. La alegría
del verde de los pastos, a pesar de agosto. ¡Aunque claro, agosto en el País
Vasco! Un verde consustancial al optimismo. Interiorizamos que si crece la
hierba creceremos nosotros, que el campo fecundo da pasto. Que todo está en
orden. Así, está avanzado el verano Aia, con los caseríos pegados al pueblo y
los de más allá. También algo de trasiego de un tractor y otra maquinaria.
![]() |
Pasarela para el sendero y evitar que el ganado se escape. |
Buen momento
para hacer el sendero en familia. En grupo bullicioso, comenzamos desde Aia (Guipuzcoa). Las piedras y las
ramas; los pájaros y las flores se fueron metiendo en las conversaciones. Es
una virtud de caminar por el campo. La naturaleza se te mete dentro. A poco de
comenzar la caminata, el olor a descomposición y los buitres sobrevolándonos
nos alertaron de la pitanza de estas majestuosas aves. Y majestuosa muerte la de
una oveja o cabra que estaba siendo consumida por más de una veintena de
carroñeros a las mismas puertas del pueblo. Bullicio no el de los niños,
atentos a la escena, sino de los buitres devorando con ansia el cadáver junto a
la alambrada. La más exquisita gastronomía surge de la muerte.
![]() |
Buitres leonados limpiando el campo de reses muertas. |
Seguimos monte
arriba, donde poco a poco el bosque se impone. Robles, píceas, avellanos,
hayas. En ese límite un modesto túmulo, solo una mínima elevación en el terreno,
volvió a hablarnos de muerte. Es el túmulo de Arreta, pisamos su hierba, no sé
si profanamos la memoria de los ancestros neolíticos allí sepultados.
Continuamos bosque arriba salvando cercados para el ganado a través de
ingeniosas trampillas o escalones de madera. Ya en todo lo alto, entre pastos y
con buenas vistas a la costa llegamos hasta la Cruz de Pagoeta a 676 metros de altitud.
![]() |
Gentiana pneumonanthe |
Disfrutamos del
día de la mejor manera: comiendo en la cima de una montaña. Ante nosotros la
hierba mil veces pastada, los senderos mil veces transitados, el paisaje mil
veces admirado. “El paisaje, cuando se ve de verdad, influye en la vida del que
lo ve”: Thoreau. La enorme cruz de hormigón de la cima no me atrajo tanto como
los formidables acebos que crecen a unos pasos, o la pequeña genciana que
encontré en flor.
Allí apareció
Ángel y sus perros. Un tipo fuerte, bien encarado, con ropa gastada, desde las
botas, el pantalón de campo, el chaleco y sobre todo el gorro de loneta
deshilachada. Ha subido a dar un paseo con los cinco perros, no todos de él,
también del vecino. Animales que agradecen el paseo por el monte. Todos machos
menos una hembra. Su padre fue guarda forestal de este parque natural, él
estudió ingeniero de montes en Madrid y trabaja de consultor medioambiental. Descendimos
charlando con él de árboles forestales
![]() |
Parque Natural de Pagoeta, campos a las afueras de Aia. |
Nos despedimos
de Ángel con el deseo de volver a vernos, y de Aia o Aya en euskera y de los
ayarras que estaban en fiestas y se notaba en la animación del pueblo.
![]() |
En la cima del monte Pagoeta con la costa y Zarauz al fondo. |
Comentarios
Publicar un comentario