Las banderas de mi patria

Moreras a la salida de Lucena, 25 de noviembre.


He salido a buscar los tonos amarillos que el otoño, este año parece que a duras penas, va sacando de las hojas de los árboles. En la última semana, a primera hora de la mañana y mientras iba al trabajo, veía desde el coche esos oros encendidos por los rasantes rayos de sol. Así que, la primera mañana que he tenido libre, he aprovechado para ir en bici y detenerme un poco ante los colores otoñales.
Entre Rute y Zambra.
Los días son cortos, y hay poco tiempo para fabricar clorofila, y los fríos avisan a la planta para hacer sus reservas de azúcares en ramas y troncos. Así que las hojas, incapaces de fabricar alimento y antes de caer, adquieren estos tonos dorados que van desde los densos amarillos, a las vetas con verdes, ocres o cobrizos.
Los chopos son los más llamativos, por sus dimensiones y grandes hojas. Las higueras también alcanzan vivos amarillos, pero aun no están listas. He visto por el camino nogales, almeces y acacias que poco a poco se van transformando. Son días en los que estos árboles, sobre todo los chopos, proclaman su belleza por encima de los olivares. En esta época, los olivos no pueden competir con sus discretos verdes y grises.
El otoño le sienta bien a los viejos cortijos. Llanos de don Juan.
Llevamos unas semanas de banderas aquí y allí. Pero son las banderas que a partir de ahora despliegan los hermosos árboles las que me han echado a la calle, a ver ese espectáculo que precede a la caída de las hojas. Estas son mis banderas. Podría proclamar que el otoño es mi patria. Y no hay bandos. Un patrimonio natural a proteger.
Ya solo los barrancos, las cunetas y riberas de los cauces mantienen aun poblaciones de chopos, y de algún relicto olmo que no ha sucumbido a la grafiosis. Aun es posible visualizar el otoño, imprescindible en nuestras vidas, aunque apenas recapacitemos en ello. Esos terrenos deberían estar reconocidos de alguna manera, por atesorar las luces otoñales. Es el momento de salir a buscar estos amarillos e interiorizar el otoño con todos sus significados y sobre todo sus matices.
Los chopos hermosean entre los olivos, amtes de Las Erillas.

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