Tres discretas flores europeas

Pon una mañana de sábado, con no mucho tiempo por delante. A cambio, un tramo de camino tan exuberante que no hay manera de avanzar sin pasar por alto macizos florales de plantas silvestres. Tan bellas y rebosantes de primavera que un amante de la botánica no desea marcharse en un buen rato.
Debe detenerse uno a cada paso para estudiar lo que cada planta ha construido en los últimos días de manera tan rápida que debería oírse crecer a la vegetación.
No, no hay tiempo, porque debo atender al trabajo, pero también me obligo a pararme en las más discretas y a la vez esbeltas y robustas. Como un grupo de resedas o gualdas, son plantas espigadas, con tallos largos y estrechos, gráciles, mecidos por el viento, y cargados de modestas y extrañas flores de color amarillo pálido, donde destaca un pétalo principal muy dividido, es la Reseda luteola. Al igual que la anterior, hay otras plantas de aspecto discreto, pero que destacan por su tamaño, ya en estas fechas con más de un metro de altura.
Se trata de Rumex crispus, la romaza, una planta menos grácil que la anterior pero más robusta y también cargada de discretas flores verdosas, flores sin pétalos, sustituidos por unas valvas verdes desde donde asoman los estambres. Más abajo, pero también dentro de las plantas con espigas florales escasamente llamativas, encontramos los llantenes, hay un grupo de Plantago lanceolata, plantas de largo tallo terminado en la espiga, donde los estambres dibujan una corona circular a lo largo del cilindro donde se aprietan las flores.
Son tres plantas que nos acompañan todas las primaveras, bastante comunes en nuestra cunetas y las cunetas de toda Europa. Se merecen más que una atención, una admiración. Solo recomendar una pequeña lupa de bolsillo, es bueno ir al trabajo con ella; puede que paremos antes a ver los detalles de flores comunes.
Vía Verde de la Subbética con Cabra al fondo, este sábado 28 de abril de 2018.

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