'Un verano con Homero', de Sylvain Tesson
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Playa de Laida, ría de Urdaibai, este agosto. |
Volvamos a Sylvain
Tesson. Cuando lo leí hace unos años, con su libro 'En los bosques
de Siberia', que en castellano titularon 'La vida simple', no reseñé
nada. Así que ahora, esta segunda lectura, titulada 'Un verano con
Homero', va a servir para reconocer a este escritor, que se define
como montañero y bebedor.
Indudablemente la
conexión con la naturaleza reinaba en 'La vida simple', en su
retirada al lago Baikal y los bosques de Siberia: “Me había
prometido vivir como un ermitaño en el fondo de los bosques, antes
de cumplir los cuarenta años”. Pero, ¿qué conexión hay en este
nuevo libro con la naturaleza para que me ponga a escribir en el blog
sobre él?
-Como nacen las hojas del
árbol así nace el hombre.
-Por el suelo los vientos
esparcen las hojas, y el bosque reverdece y produce otras hojas en la
primavera.
-De igual modo una
generación nace y otra perece.
Ilíada, VI, 146-149
Magnífico retrato de este verano del escritor Sylvain Tesson, realizado en su casa por Bruno Charoy. |
Puede que esa conexión
natural se deba a que lo he venido leyendo a lo largo de agosto junto
al mar y días después en plena montaña. Seguro que esos lugares
han influido. Y sin duda alguna, el propio autor que recorre las
montañas y los bosques del mundo lleva ese impulso salvaje o vital
en el fondo de su literatura.
Homero escribió hace
2.500 años la Ilíada y la Odisea. “¡Dejemos la colada para
mañana! ¡Apaguemos las pantallas! Olvidemos que nuestros bebés
siguen llorando y abramos ahora mismo la Ilíada y la Odisea para
leer algún pasaje en voz alta, delante del mar, ante una ventana, en
la cima de la montaña”.
Observar en los días de
lectura cómo las mareas del cantábrico cambian a deshoras
predecibles. O los torrentes pirenaicos recorren el fondo de los
valles otorgándoles luz y rumor, ha hecho que este mundo natural
brote del libro, editado por Taurus, con traducción de Robert
Juan-Cantavella. Tesson escribe sobre Homero y el poder de sus
versos. “Homero señala el poder vigorizador de la palabra. Insufla
fuerza en los espíritus abatidos y en las almas desamparadas, al
igual que despierta un cuerpo a la luz del sol, después de una noche
de vivac”.
Puerto de Mundaka, el 3 e agosto. |
Tesson posee un fuerte
argumento romántico, que como Nietzsche no nos guía hacia las
ilusiones del porvenir o eternidades, sino al apasionamiento de la
vida ahora. Esos días de caminatas con el libro de Tesson en la
mochila por la Barrosa, La Larri, Matxitxaco, la playa de Laida en
Urdaibai. Tesson ha instilado las obras de Homero para impregnarnos
de su canto a la vida, la rabia, la furia por la vida propia, por la
épica de la vida. “Homero – a pesar de su ceguera- debió de ser
un observador enamorado de las colinas, un amante, un paseante de los
caminos, un soñador de las noches de gran viento”.
Ría de Urdaibai, reserva natural, el 4 de agosto. |
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