Canto IX


Aunque para Homero la Aurora es divinal y de rosáceos dedos, a continuación el horrendo cíclope se desayuna dos de los hombres de Odiseo que se encuentran atrapados en la cueva del ogro caníbal. Pero es que la noche de antes se cenó otros dos. Y antes de la famosa argucia de Odiseo, que le dice al gigante Polifemo que su nombre es Nadie, este se zampa dos más.

Pura aventura, leyendo el Canto IX bajo un olivo en este collado donde el fresco a estas horas es agradable y ayuda disfrutar de la gótica traducción del malogrado Luis Segalá Estalella. Pura ambrosía. Es increíble que a tan solo 5 kilómetros de casa, un lugar como este no esté nada frecuentado. Abajo 40.000 habitantes, aquí uno solo, bajo los nubarrones y el roce de la brisa en las hojas de los olivos. Puede que hagan falta 80.000 habitantes para que hasta aquí subieran dos a leer La Odisea.




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