Caminan estos premios Nobel
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Chavales de excursión por la pista de Biadós, Pirineos, el 11 de agosto de 2019 |
Le han dado el Nobel a
dos escritores que me ayudan a caminar. Sus textos son fundamentales
para salir ahí afuera. Reflexionan y dibujan geografías magníficas
y personales. Textos para estar por estos montes, por estas lomas,
cerros y sierras, estar afuera. “¡Salir hacia la gente, al viento,
al sol, al aire, a la gente de fuera!- ¿Pero quién dice que los
otros están fuera?¿Quizás somos nosotros, los de aquí, los que
estamos fuera y toda la gente de allí la que está dentro? Es de
Peter Handke, en su libro 'Ayer, de camino' que también dice: 'Al
aire libre, a practicar la despreocupación'.
Ha provocado polémica el
premio al austriaco por su actitud ante la guerra de Yugoslavia. Creo
que está bien no olvidar lo que hizo. Se puso del lado de Milosevic,
un genocida condenado por el Tribunal de Derechos Humanos. Pero
también creo que hay que leer lo que escribe, y yo tengo su libro
'Ayer, de camino'.
Olga Tokarczuk, también
recogerá su Nobel de Literatura, correspondiente a 2018. Lo hace
ahora, porque el año pasado se suspendió por los escándalos de
abusos sexuales de un miembro destacado del jurado de la Academia del
Nobel. Pero también creo que muchas veces este premio respalda a un
autor que no conocemos y le da un impulso para que llegue al gran
público.
De Tokarczuk he leído
solo unas páginas, acabo de comenzar 'Los errantes', que para colmo
se titula de otra manera en su polaco natal: 'Beiguni'. '...descubrí
que siempre sería mejor lo que se movía que lo estático, que sería
más noble el cambio que la quietud, que lo estático estaba
condenado a desmoronarse, degenerar y acabar reducido a la nada; lo
móvil, en cambio, duraría incluso toda la eternidad'.
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Bajando del Aneto, Maladetas, el 13 de agosto de 2019 |
Estoy a nueve kilómetros
de casa. Es suficiente movilidad para mí. De la calle he pasado a la
carretera, luego al camino asfaltado, que conforme se inclinaba
empeoraba, luego he tomado un ramal que directamente es una pista
pedregosa y empinada. He tenido que echar pie a tierra en dos
ocasiones y empujar la bicicleta. Finalmente he llegado a un alto
despejado de olivos, con encinar y una construcción abandonada. En
la familia la conocemos como la caravana, porque hay una arruinada y
solitaria. Estoy fuera.
Saco una naranja de la
mochila, la pelo y bien rasurada la pongo delante del sol. Si el
mundo fuera una naranja, de noche nos llegaría desde el suelo la
tenue luz del día de nuestras antípodas. Leo 'Los errantes'. Puede
que el verdadero errante en este mundo es aquel que no deja ni
rastro, ni siquiera por escrito. Afortunadamente Tokarczuk sí
escribe.
También Handke: 'Raro
también que todas las semanas en las que estoy de camino, al subir
la montaña, sin proponérmelo, empiezo a narrar, a alguien, sea éste
quien sea, y además únicamente sobre mi ascenso a la montaña, lo
que está siempre presente, las vistas presentes, las sensaciones”.
Levanto la bici y me marcho, creo que como los zorzales que han
pasado raudos, huyendo más del ruido de las escopetas de los
cazadores que de su puntería.
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Calles de Benasque el 12 de agosto de 2019 |
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