Canto X

Entre el espeso encinar aparece el palacio de Circe que les ofrece a los hombres de Odiseo un potaje de queso, harina, miel y vino, con el que los convierte en cerdos. Han arribado a la isla Eea, donde habita esta deidad de lindas trenzas. Leo el canto X perdido en un denso olivar y junto a una majestuosa encina, de poderosas ramas y al lado de las ruinas de un cortijo, que parecen las viejas piedras del palacio de Circe, la hechicera y diosa de lo salvaje. Como unas almendras que muy arriba muestra este almendro y al momento los cazadores que hoy atosigan mi lectura con sus disparos se convierten en conejos y corren para sus huras. Se hace la calma y sigo leyendo.



  

 

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