Las puertas abiertas del campo
Qué mejor para recibir estas lluvias de otoño que una caminata con paraguas. Terminamos mojados, pero los paraguas nos permitieron hacer un buen recorrido por los olivares y las lomas donde el arado no llega. El campo se quedó tranquilo esta mañana de domingo, parecía más lejos de toda autoridad, los caminos libres, los conejos bajo los olivos, unas egagrópilas de búho real y el barro en las suelas.
“Oh campo, esta hermosura no tiene página, ni espejo y solo, a veces, se deja seducir por el temblor de la palabra, por la insinuación de la poesía. Pero, ¿recogerte, encerrarte? ¿Quién pone puertas al campo?” escribió cerca de aquí el poeta antequerano Muñoz Rojas. Siempre vamos al campo a propósito.
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