Por el arroyo Clocladero


Quejigos junto al viejo cortijo de Santa Rita.
-El paisaje no está conformado únicamente por lo que el hombre ve, sino también por lo que el hombre oye- David Le Breton.

El zumbido de la recolección de la aceituna es cada vez mayor en nuestros campos, corren tiempos de máxima mecanización y rapidez. Y las vibradoras ruidosas ahorran no pocas tareas y trabajo. Por eso, el paseo por la carretera antigua del cortijo de Santa Rita, por la bella carretera que se dirigía al puerto del mojón desde Carcabuey, hoy era, todo ruido.
Hemos merodeado por un bosque de extraordinarios quejigos, que no nos esperaba y tampoco nos ha dejado entrar, señor de sus dominios. Después por los gruesos chopos del arroyo Clocladero, sin agua, pero bellamente tapizado de hojas amarillas. Y hemos terminado por la carretera, entre algún almez, grandes chaparros y más quejigos. Ha habido un momento de silencio en este paseo, se ha levantado una suave brisa y hemos disfrutado del sonido de las hojas, cayendo a nuestro paso. Ha sido el único instante en el que el paisaje ha contado con el silencio como aliado.

Chopo (Populus nigra) hojas y tronco.


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