Por los cerros de Gaena
Las flores otoñales acuden puntuales a su cita con los campos. De talla pequeña y tan discretas como las biarum, llamativas solo por su olor a estiércol y excrementos.
Se quitaron las piedras del camino
y no hubo camino.
La garduña se asoma molesta
entre los huecos del majano.
Gruñe. Ella me gruñe.
Corrieron las nubes
y el cielo no era cielo.
Octubre no es a veces octubre
entre las hileras de olivos.
No suenan los pájaros
en estas altas fincas,
solo saltamontes de alas azules.
Pararon las máquinas,
los agricultores se fueron.
Me fui yo.
¿Se hizo otra vez el campo?
Por los cerros de Gaena este 12 de octubre
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