Amar la nieve

Al refugio de San Francisco a jugar con la nieve, como medio de conocimiento y disfrute del invierno. Bien abrigados y con el cobertor de las nubes y sin viento, el día es fríamente agradable. A cinco grados se puede estar y jugar durante horas aquí afuera. En el refugio, el más fotogénico de toda la montaña, hay una pequeña parte de vivac abierto y libre. Lo usamos para dar una cabezadita y yo para leer. Dejamos entreabrierta la pequeña puerta metálica por donde se nos presenta una soberbia imagen de Sierra Nevada. Una belleza invernal que intensifica la lectura.

En 'Amar a Lawrence', su autora, Catherine Millet admira a D. H. Lawrence por su genio creador de mujeres libres, sexuales y vitales, que recorren desnudas bajo la lluvia sus novelas y sus relatos de los años veinte. Se ve reflejada en su obra, pero a veces las personalidades fuertes que aparecen nos llevan a fracasos. Viene a contarme Millet, que posiblemente para nuestra suerte lo mejor sea no tener una personalidad definida, porque en realidad la personalidad no es otra cosa que un disfraz que habría que “tirar al contenedor de los ropajes”. Mis hijos y su amigo siguen con el trasiego del trineo de plástico verde y pienso en Lawrence, cuando escribió en boca de uno de sus personajes femeninos: “se es feliz en la medida en que uno puede olvidarse de su cuerpo”. 'Amar a Lawrence' está editado por Anagrama y traducido por Jaime Zulaika. Este 21 de enero.






 

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