Queso y montaña


Suenan las doce, nítidamente llegan hasta aquí las campanas del reloj de la iglesia de Sueros. Es un sonido de pueblo, campanadas nada solemnes, las vuelve a repetir el reloj, recordándonos que son las doce, de este último sábado de septiembre. El sol aun pica, estoy en el mirador de la garganta del río Bailón; y descanso después de 30 kilómetros pedaleando tranquilamente por la vía verde. Desde aquí arriba se ven perfectamente dos calles que se dirigen a la plaza del castillo, y que a esta hora, las doce, ya van llenas de visitantes a la VIII Feria del Queso. Hummm… queso y cerveza fría. Pero antes tenemos un poco de escala con los niños, abrazar las rocas calizas. Algún coscorrón de las pequeñas y después queso.

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