'El país de los pájaros que duermen en el aire', de Mónica Fernández-Aceytuno

La fuente de Los Frailes, en Cabra, es un buen lugar 
para leer 'El país de los pájaros que duermen en el aire'.
'El país de los pájaros que duermen en el aire', de Mónica Fernández-Aceytuno, llegó volando a mis manos en febrero, y con sus alas abiertas ha revoloteado junto a mí todo este tiempo. Cada mes levantaba el vuelo para enseñarme e ilustrarme sobre la naturaleza ibérica, conmoviéndome con su dulzura y sabiduría.

El portento de la naturaleza precisaba de sus inspiradas reflexiones y de una edición cuidada como la que ha realizado Espasa, con un centenar de ilustraciones, donde reconozco la famosa liebre pintada por Durero. Un volumen sobre la naturaleza de nuestro país, que engrandece la naturaleza al hacerla profundamente literaria. Qué hermosos aforismos: “La sombra es la caridad de los árboles”. A veces con esas pocas palabras brillantes Fernández-Aceytuno logra que broten vívidos recuerdos y momentos mágicos: “Se ve todo cuando no esperas nada”.
Un centenar de ilustraciones acompañan los textos de Mónica
Fernández-Aceytuno.


La naturaleza pone a esta bióloga en estado de gracia. En sus textos, que van avanzando con los meses del año, también reseña a otros muchos investigadores en entomología, herpetología o malacología, También recupera palabras bellas, precisas, perdidas en la maleza de los diccionarios: alburno, ricial, cadozo, lubricán. Terminando el libro, en diciembre, habla de un verbo precioso, como es embarbascar o envarbascar, una forma de narcotizar a los peces en una poza utilizando la planta gordolobo. “Una palabra que está más en peligro de extinción que la planta que le dio origen”.

Sé que volveré a este libro, a sus montañas, ríos, a las puestas de la sepia, los zapateros, los lobos, las amapolas, las nubes. “Suelen dormir los lirones entre las hojas de las hayas... La sala general de la Biblioteca Nacional de España tiene para mí la paz de un hayedo”. Reivindiquemos a nuestros autores de la naturaleza, ahora que este género tiene cada vez más lectores y textos editados.
Almendros en flor con el pico de La Pandera al fondo, en Valdepeñas de Jaén, este 26 de enero.



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