Seseli libanotis

Senda del circo de La Barrosa, el 15 de agosto de 2019.

Descifrar el género que los botánicos han otorgado a esta pequeña umbelífera: Hojas profundamente divididas→ flores en umbelas→ sin pelos estrellados→ hojas pinnadodivididas→ pétalos blancos→ sépalos ausentes→f ruto sin alas→ fruto sin pico→ fruto menos de 3 veces más largo que ancho→ fruto peloso→ frutos más largos de 1 mm→ frutos sin espinas→ fruto más largo que ancho→ fruto pubescente, híspido→ umbelas con pedúnculo largo→ con 3 o más bracteolas→ fruto con pelos lisos no barbados→ SESELI

Un ejemplar pequeño de Seseli libanotis
junto al sendero del circo de La Barrosa.

Había guardado unos ejemplares entre las hojas de un libro. Han pasado unos meses de aquel paseo por el circo de la Barrosa. Admirar la grandeza del anfiteatro de rocas y también de estas pequeñas florecillas.

Para ahora embelesarme en el riguroso y sacro lenguaje de la botánica. Abiertos los libros como misales. Dedicándole horas a su escrutinio. Primero el género, que parte de la familia, para llegar a la especie: Radios umbelares pubescentes→ bracteolas libres→ con cuatro a más brácteas→ umbelas generalmente con 20-60 radios→ Seseli libanotis. Creo que he llegado a su determinación. 

Como explican los autores de Flora Ibérica para este género, C. Aedo & P. Vargas, estas plantas presentan aun cierta dificultad taxonómica, por ello se consideran las especies del género Seseli un grupo artificial. Pero a mí me han ocupado una mañana de domingo. Con la lupa y los libros, recordando la excursión del verano pasado. Absorbido por los detalles de las plantas y el vocabulario científico, como un ritual secreto y apartado del mundo, casi místico. Hasta que ha llegado un momento, que recordando a Ortega y Gasset que decía que un exceso de espiritualidad envejece; he abierto una cerveza y lo he guardado todo...

Gentianella campestris, una flor fácil de localizar
 en estos pastos del circo de La Barrosa, el pasado 15
de agosto de 2019.