El Navazuelo

Este 2 de octubre las granadas se abren en el camino del Navazuelo.

Hay una fuentecilla de pilar modestísimo. De chorrillo venido a menos después de todo el verano manando. Y una pequeña charca que el agua mantiene y que conocen mariposas, libélulas, abejas y avispas. También todos los pajarillos del camino del Navazuelo.

Vine a caminar, pero a los pocos pasos los granados con sus frutos me detuvieron y luego los membrillos y de ahí a las higueras. Este huerto abandonado ya no lo mira nadie. Nadie lo dignifica con su trabajo. Pero sus árboles, almendros y nogales también, siguen dando frutos. Los pajarillos lo saben, los insectos y yo también. Y este baile de vida, este zumbido de alas y el verso del agua cayendo me han recordado que hay que detenerse y agradecer a la estirpe de los campesinos estos lugares perdidos ya.