Jardín asilvestrado


 Me gusta dedicar todo un día, sin prisas, pero cuando no tengo tiempo de esas caminatas, cuando no hay tiempo, La Camila me ha ofrecido siempre un lugar. Estoy en este espacio que abarco desde mi banco de traviesas de madera. Me levanto y miro, me siento y sigo leyendo, es un verdadero descanso.

Por sorpresa, mientras rozaba las hierbas que crecen cerca de la randa que da a los olivos y a los almendros de los vecinos, me he encontrado una Ophrys lutea. Una nueva flor para este terreno de la familia. Es un jardín silvestre y asilvestrado. Me aprendo las plantas espontáneas: Glossopappus macrotus, Neatostema apulum y la espléndida Moricandia moricandioides. También me acompañan los árboles y arbustos que hemos plantado en los últimos 17 de años. En el centro el olmo, un Ulmus pumila, que parece que resisten a la grafiosis. En estos días con poco tiempo, puede que sea el esmeralda de la hierba de La Camila una salvación.





Comentarios

Entradas populares