Gaia, de James Lovelock


Hay teorías científicas que son extremadamente bellas, se transforman en poéticas y filosóficas. Que los seres vivos cambien con las generaciones y esto les permita adaptarse a los retos de la existencia, como desarrolló en su teoría de la evolución Darwin, pasa de ser una explicación científica a permear el conocimiento humano y dialogar con la filosofía o la religión.

James Lovelock construyó con Gaia, una hipótesis maravillosa, en la que explica que los seres vivos contribuyen a hacer habitable el planeta. “Gaia como una entidad compleja que comprende el suelo, los océanos, la atmósfera y la biosfera terrestre: el conjunto constituye un sistema cibernético autoajustado por realimentación que se encarga de mantener en el planeta un entorno física y químicamente óptimo para la vida”.

Esta semana, el longevo James Lovelock nos ha dejado a los 103 años. Que el planeta Tierra se comporte como un ser vivo ha marcado las ideas del ecologismo, de la climatología y biología. Leí su libro hace 30 años, hoy lo busco en las baldas, leo lo subrayado, donde señala que gracias a que la tierra emergida es menos de un tercio, ha permitido a la biosfera aguantar “los radicales cambios introducidos por la agricultura y la ganadería”. Pero han pasado muchos años y ha crecido exponencialmente la población, en sus últimas intervenciones Lovelock nos recomendaba ser felices y prepararnos para los cambios que nos vienen por culpa de nuestras múltiples contaminaciones. Al final, el conjunto de la naturaleza hará que nos regulemos.


 

Comentarios

Entradas populares