El mal tiempo es cada vez más raro

Puede que lo mejor sea no seguir las enloquecidas alarmas sobre el calentamiento. Sobre esta primavera muy adelantada. Sobre lo que nos espera pues, a partir de mayo. Puede que lo mejor sea esperar una borrasca, que al final deja menos agua de lo pronosticado y salir. Salir ahí afuera, porque esto es el buen tiempo ya, y poco a poco la gente se dará cuenta de ello, pero por ahora estamos solos en esta sierra. Nosotros y el crujir de la gravilla a nuestro paso. No es un día apacible, y es un buen día para nosotros.

El mal tiempo, es cada vez más raro, es cada vez más diamante u oro o piedra preciosa. Un chaparrón provoca poderosas emociones. No es una filosofía del nosotros, sobre nuestro interior; estas gotas, estos charcos, el barro nos sacan de la desesperación y nos conectan y abren el diálogo con lo demás. Entablar el diálogo de los viejos filósofos peripatéticos con este camino de la sierra de Gaena, con las flores de los alfilerillos de pastor (Erodium maculatum) alegres también en un día de lluvia y caminar.





 

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