Navazuelo
-Me acuerdo de mi padre cuando me viene a la cabeza la palabra lezna.
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-Los olivos son duros y retorcidos por las palizas que reciben en cada recolección.
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-Los pájaros se lanzan ladera abajo cuando oyen disparos porque así también ellos se convierten en balas.
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-Por qué mi humor mejora con días así de grises y sombríos.
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-Salgo al bosque estos días a buscar consuelo ante tanta guerra. Y lo encuentro, siempre que no me cruce con nadie, que no me vea reflejado en un charco.
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-Ulula el búho real pero no lo veo. Miro las atalayas de las rocas, sus huecos y las perchas de los chaparros. Pero no veo nada. Sé que leyendo aquí no estoy solo.
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-Subo por el camino del Navazuelo y leo bajo un quejigo: “Los caminos se fundían con el paisaje, no destruían nada. Las carreteras sí lo hicieron. Lo cambiaron todo”. En 'Senderos' de Torbjørn Ekelund.
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