Dos montañas demasiado cerca

Mirador de la caseta, sierra de Parapanda.
Demasiado cerca se encuentran dos montañas acribilladas por las pistas que nos llevan a bosques de antenas o complejos de aerogeneradores. Trazados de torretas eléctricas o los bocados de las barrenas en las canteras. Así están marcadas la Sierra de Loja y la Sierra de Parapanda. Las mismas pistas que uso para elevarme y esquivar los incómodos lapiaces. Esos inmensos empedrados de calizas en estas romas cimas que llegan a superar los 1.600 metros de altitud, en una formación muy típica de las sierras subbéticas.
Escribe Emmanuel Carrère que “al principio del viaje la montaña tiene aspecto de montaña, durante el viaje ya no tiene en absoluto ese aspecto, al final del viaje lo recobra”. Puede que a mí, las cicatrices me han impedido disfrutar de estas montañas mientras caminaba por ellas. Solo al marcharme al atardecer, los bosques han ocultado las obras de ingeniería y puede que a unos días de las excursiones, estas montañas recobren belleza, así como los paisajes desde sus alturas. Al fin y al cabo este es mi reino.
Carneros en la sierra de Loja.

Bloques calizos en las canteras de Loja.

Vértice del pico Semilla, a 1.480 metros.

Sierra Nevada desde la sierra de Parapanda.

Antenas en la sierra de Parapanda.

Bosque de pino negral, Pinus pinaster.


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